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El Archivo Histórico de Asturias acoge, desde hoy, la exposición de Niños de la Guerra, con documentos como el el expediente original de Pablo Miaja, el maestro que acompañó a menores desde El Musel hasta la URSS

El coordinador general de IU Asturias, Ramón Argüelles, reivindicó hoy, la obligación ética y moral de España y de Europa para con los refugiados que llegan hasta las fronteras de la unión, huyendo de la guerra. Argüelles, participó ayer en la apertura de la exposición que, en el Archivo Histórico de Asturias, ofrecerá al público un relato de una historia dramática pero que todavía sigue viva.

El momento, destacó el líder de IU, es el oportuno: “no solo por los 80 años sino porque, desgraciadamente, la actualidad nos está golpeando día a día con temas similares a esto, lo que ocurre que las relaciones son muy distintas. Me gustaría empezar dando las gracias a aquellos países que ante circunstancias adversas han obrado de forma distinta a lo que estamos haciendo ahora, de forma egoísta; tendieron la mano a unos niños que no tenían, probablemente, ni futuro, ni porvenir, ni educación. Les tendieron la mano, les recogieron, les educaron, les enseñaron y, por tanto, nos están dando una lección, hoy en día, cuando nos estamos preguntando qué cupo de gente podemos recibir, ¿10, 15? Cómo si fuera un número, como si estuviéramos hablando de ganado”.

La protagonista de la presentación fue Araceli Ruiz Toribios, presidenta de la Asociación Asturiana de Niños y Niñas de la Guerra y una de esas niñas que hace ya 80 años tuvieron que salir, en una noche de miedo y lágrimas, en un barco desde El Musel con destino a la URSS.
Argüelles explicó emocionado que, al llegar a la exposición, al saber que él era el coordinador de IU, Araceli había replicado que ella era de IU. “No, Araceli, Izquierda Unida somos tú, o queremos ser tuyos”.
Y la emoción no era para menos con el relato de esta nonagenaria vital y con una capacidad de comunicación a la altura de las experiencias vividas, con una larga trayectoria personal y laboral en la URRSS, donde se jubiló en 1980. Una historia con luces y sombras, con tristezas y ausencias, pero también con la esperanza de un regreso que, en los 60 y los 70, intentó sin éxito, por las trabas españolas. “Después de una vida vivida fuera de España quieres más a España y quieres más a los españoles. Volví en 1980 cuando me jubilé. Mi último trabajo fue en Moscú en la radio”.
Su caso, como una profesional bien formada, no es extraordinario. De hecho, enfatizó Araceli Ruiz, el 50% de los niños y niñas que fueron acogidos en la antigua URRSS terminaron estudios universitarios superiores, el otro 50% lograron formación profesional superior.

La presidenta de la Asociación Asturiana de Niños y Niñas de la Guerra hizo un llamamiento a la población en general, especialmente a la más joven, a visitar la exposición. “Lo que comentamos es nuestra vida, que es la historia de nuestra España”.

Una vida que arrancó, en cierto modo, en una difícil travesía que los alejaba de la guerra pero también de sus familias, amigos, y que Araceli recordó, junto a las bombas y el acorazado Cervera, en el verso de su esposo ya fallecido:

"Desde una quinta de Roces
llegaron aquí al Musel
mil niños clamando a voces
por su suerte de papel.
La noche, tétrica noche
agorera en su conciencia
colocó un macabro broche
dentro de una embarcación
crujieron mil corazones"

La directora del Archivo Histórico de Asturias, Concepción Paredes Naves, definió la inauguración de esta muestra como un “día de júbilo” por la posibilidad de homenajear y recordar a unas personas que, dijo, tuvieron que dejar su vida para empezar otra lejos. “Ellos no lo eligieron. No cometieron ningún delito, no estaban perseguidos por la justicia. “Tuvieron la suerte o la desgracia de que sus padres, simplemente, fueron los vencidos”,  resumió Paredes.

La responsable de la entidad quiso agradecer a IU la elección del Archivo para exhibir esta muestra, al tiempo que felicitó a la Asociación Asturiana de Niños de la Guerra y al Archivo Histórico Nacional de Cataluña por la organización de la exposición, en la que también podrán verse valiosos documentos del propio Archivo Histórico de Asturias, que contribuye con valiosos documentos propios, entre ellos el expediente original de Pablo Miaja, el maestro que acompañó a los niños que salieron desde El Musel hacia URSS, y también de los primeros repatriados.

La portavoz de IU en el Ayuntamiento de Oviedo, Cristina Pontón, recordó que la acogida de niños y niñas asturianas expatriados también se había producido en Francia, Bélgica Reino Unido y, de forma especial, en la  URSS que es la que queda recogida en la exposición. En imágenes y textos, el visitante podrá desgranar, en palabras de Pontón, “la desgarradora historia de lo que supone una guerra, pero a la vez, al mismo tiempo, la entrañable solidaridad, y necesaria, también, entre los pueblos”.

Como ya hiciera el coordinador general, Ramón Argüelles, contrapuso esa solidaridad al cierre de fronteras actual. “Nos avergüenza ver como las autoridades europeas están abordando esta situación”. Frente a ello, debemos ser un país, reivindicó la concejal, “un continente solidario y acogedor como otros lo fueron con nuestros niños y niñas de la guerra”.

El Viceconsejero de Cultura y Deporte, Vicente Domínguez, aseguró que para él la exposición era más que una simple muestra de nombres anónimos, gracias a su relación con Josë Fernández Sánchez, de Ablaña, también conocido como “Pepe el Ruso”, y quien, en su juventud, le abrió los ojos ante la realidad de aquellos niños y niñas que tuvieron que salir de España por la guerra civil.

“Esta iniciativa, resaltó el viceconsejero, es de un valor extraordinario y no lo digo desde las palabras amables que se tienen que decir por cortesía sino desde una reflexión profunda”.