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IU defiende el presupuesto para 2021 articulado en torno a un 'corazón social' y con medidas para la reactivación

Ángela Vallina reconoce que las cuentas no son las IU hubiera presentado si tuviera su propia mayoría pero señala la importancia de un pacto necesario para responder a una situación de emergencia generada por la crisis global

Izquierda Unida ha defendido hoy el presupuesto para 2021 al tiempo que ha justificado el rechazo de las enmiendas presentadas por las derechas, al entender que son "incompatibles" con las actuales circunstancias. La portavoz parlamentaria, Ángela Vallina, ha explicado que el pacto presupuestario, inicialmente suscrito entre IU y el PSOE y, luego, ampliado con Foro Asturias y Ciudadanos, se ha articulado en torno a un "corazón social", pero también con medidas para la protección de la ciudadanía, del tejido productivo y para la reactivación económica.

Ángela Vallina reconoció que estas cuentas no son las que IU hubiera sacado adelante si hubiera tenido su propia mayoría. No obstante, resaltó que sí que contienen muchas de las prioridades irrenunciables para IU, como la reorientación de los ahorros del Salario Social, por la entrada en vigor del Ingreso Mínimo Vital estatal, a políticas para la mejora del Estado del Bienestar. "no son los presupuestos que nosotros hubiéramos hecho, pero son los mejores presupuestos que hemos contribuido con otros grupos parlamentarios a hacer. Son unos presupuestos que contienen renuncias porque es imposible abarcarlo todo y porque es así cómo se negocia y acuerda un presupuesto, concertando las prioridades y renunciando a lo que no es esencial en función de las circunstancias".

Frente a esa capacidad de consensuar, Vallina se ha mostrado crítica, al entender que, en ocasiones, para ganar también hay que saber perder: "Quien no está dispuesto a renunciar a nada es que no está dispuesto a hacer política o, lo que es lo mismo, no está dispuesto a cumplir el papel que constitucional y estatutariamente las diputadas y los diputados de esta Cámara tenemos encomendado por la ciudadanía".

La portavoz de IU, se mostró también crítica con algunas de las enmiendas de Podemos pues, a su juicio, responden a otra lógica, "la lógica de no querer entender que el acuerdo implica siempre una negociación y renuncias. Para conseguir un objetivo mayor es necesario aplazar la consecución de otros objetivos menores. Ese ha sido siempre el ABC de las fuerzas de la izquierda, de las fuerzas políticas, de las fuerzas sindicales y de las fuerzas sociales y eso es lo que ha permitido grandes avances en la sociedad. Tenemos que pensar que no vamos despacio, al menos mientras la aritmética parlamentaria sea ésta, sino que vamos lejos".

Ángela Vallina ironizó sobre la perentoriedad y la rapidez de la época actual, con unos ciclos informativos y políticos que trituran la realidad. "Ya sé que ahora lo que está de moda son los tiempos cortos, a ritmo de tuit, y la batalla del relato que, por cierto, no tiene nada que ver con la batalla por la hegemonía cultural de la que hablaba Gramsci. Los relatos son las narraciones, las historias. En definitiva, los cuentos de toda la vida. Y como decía León Felipe Yo sé muy pocas cosas, es verdad. Pero me han dormido con todos los cuentos...y sé todos los cuentos. Pero yo no quiero cuentos... No me contéis más cuentos. Y añado yo: ahora lo que toca son las cuentas".

Y, a pesar del contexto de crisis, y al contrario de lo que sucedió en la anterior recesión, los recursos para paliar la situación, crecen. "Es un presupuesto que reorienta los recursos que hasta ahora se destinaban al Salario Social, y los destina a reforzar todas las políticas sociales de nuestra comunidad autónoma reservadas a las personas mayores, a lucha contra la pobreza, a atención a la diversidad e inclusión social, a los conciertos con los ayuntamientos consignando para ello 520 millones de euros", ha destacado la diputada.

mismo modo, las cuentas para 2021 incrementan los fondos para políticas de vivienda, reforzamiento de infraestructuras educativas y sanitarias, también en barrios y pueblos que carecen de ellas, que contiene un programa específico para memoria histórica e incluye partidas para programas de recuperación de la memoria democrática, que incrementa la dotación para el teatro y artes escénicas. Además, crece el apoyo a la Academia de la Llingua y mantiene al alza partidas destinadas a financiar las políticas de juventud o los programas de cooperación internacional para el desarrollo que, en este último caso, suben respecto al año pasado a pesar del contexto de crisis económica y reducción de ingresos.

Intervención completa de Ángela Vallina en el Pleno de aprobación de los Presupuestos para 2021

Intervengo para fijar la posición de mi grupo parlamentario sobre las enmiendas parciales presentadas al proyecto de ley de Presupuestos de nuestra comunidad autónoma para el año que viene y, si me lo permiten, lo haré con carácter general respecto al conjunto, y no porque quiera minimizar la importancia que pueda tener cada una de ellas, sino por un planteamiento político que me propongo explicarles a sus señorías, aunque estoy segura de que, por su elementalidad, no requeriría de más argumentación.

Los presupuestos de cualquier administración pública son siempre una determinación de prioridades que implican necesariamente un conjunto de renuncias, porque con unos recursos limitados no queda otra opción que decidir en qué se gasta y también en qué no.

Por eso, señorías; una de las primeras cosas que aclara un Presupuesto, y que resulta imprescindible para determinar las prioridades, es la estimación de los ingresos previstos cuyo origen está directamente relacionado con la política tributaria por la que se haya optado. Y en este asunto, aunque suele ser habitual que la izquierda desarrolle políticas basadas en el incremento tributario para garantizar mayores niveles de redistribución de la renta y mejores servicios públicos y los gobiernos de derechas lo contrario, abundan sin embargo las paradojas. Así, las mayores bajadas fiscales que hemos tenido en España las decidió un gobierno socialista al grito de bajar los impuestos es de izquierdas, grito que entonces como ahora causó gran perplejidad, todo hay que decirlo. Y las mayores subidas de impuestos decididas de una sola vez las acordó un gobierno del Partido Popular bajo el lema que ya figura en los anales de la claridad política de “hemos hecho lo que había que hacer”. Y vaya que si vinieron a hacer política, porque esa mayor subida de impuestos lo fue también para la mayoría, sin importar su situación, con incrementos en impuestos indirectos, los más injustos, porque no fue una subida "equitativa" y, los de siempre, quedaron protegidos con una presión fiscal que, ayer, como hoy, sigue siendo menor en España para los más ricos, si nos comparamos con Francia, Alemania y, obvio, los países nórdicos.

Pero más allá de esas paradojas, propias de nuestro país, lo normal es que la izquierda intente garantizar políticas fiscales justas que permitan la suficiencia de los ingresos para financiar el modelo de Estado Social que la Constitución proclama, y que, en esto, la derecha pasa de puntillas o directamente olvida.

Y en un contexto de recursos limitados, es la decisión política la encargada de negociar un presupuesto y de debatir y definir dentro del marco fiscal establecido. Para Izquierda Unida, la reforma del modelo impositivo resulta una necesidad imperiosa que deberá abordarse en el marco del cambio del modelo de financiación, atendiendo a cuáles son las prioridades de gasto que deben atenderse.

Este año, además, se ha tenido que abordar la situación de emergencia que todos estamos sufriendo lo que exige un presupuesto para tratar de dar solución a los problemas, con garantía para que el sistema de protección social funcione y ofrezca seguridad en unas circunstancias en las que el miedo y la angustia por el futuro puede convertirse en el combustible que alimente el extremismo reaccionario.

Por eso, mi grupo parlamentario fijó sus prioridades presupuestarias, muchas coincidentes no sólo con las del grupo del gobierno sino con las de otros grupos, con los que finalmente hemos coincidido para acordar un presupuesto. Esas prioridades ya las hemos explicitado muchas veces, y las quiero reiterar, en este debate final sobre los presupuestos para 2021.

Izquierda Unida quería que los presupuestos sirvieran para anticipar la asignación de los recursos que fueran necesarios para afrontar la crisis, tanto en el ámbito sanitario como en el educativo y social. El objetivo es minimizar el impacto de la crisis económica y social derivada de la pandemia en los sectores más vulnerables y situar el acuerdo de concertación social firmado con los sindicatos de clase y con los representantes empresariales en el centro de la negociación presupuestaria. Por ello entendimos que el papel de nuestra fuerza política era lograr que el que definimos como “el corazón social de los presupuestos” latiera con la suficiente intensidad como para marcar el ritmo de la negociación.

Logrado ese primer objetivo, señorías, nuestro grupo parlamentario consiguió incorporar en la negociación aquellos aspectos que consideramos importantes y que debían formar parte del núcleo de estos presupuestos. Algunos de esos aspectos se incluyeron en el proyecto presentado y otros se concretaron en las enmiendas parciales incorporadas al Dictamen que hoy votaremos al final de este pleno. Esto ha permitido configurar un proyecto de ley con el que nos sentimos satisfechos y en el que nos reconocemos. Es un presupuesto que incorpora un Plan de Rescate con una dotación económica de 100 millones de euros destinada a paliar los efectos en todos los sectores afectados por los cierres de actividad. Esta cantidad completa los más de 30 millones del presupuesto de 2020 al mismo fin y con la que finalmente se ampliará con la que resulte necesaria para atender todas las necesidades que surjan a lo largo del próximo año.

Es un presupuesto que reorienta los recursos que hasta ahora se destinaban al Salario Social, y los destina a reforzar todas las políticas sociales de nuestra comunidad autónoma reservadas a las personas mayores, a lucha contra la pobreza, a atención a la diversidad e inclusión social, a los conciertos con los ayuntamientos consignando para ello 520 millones de euros. Es un presupuesto que sitúa en su núcleo el acuerdo de concertación social firmado con los sindicatos de clase y con los representantes empresariales. Es un presupuesto que incrementa las políticas de vivienda, que atiende al reforzamiento de las infraestructuras educativas y sanitarias en barrios y pueblos que carecen de ellas, que contiene un programa específico para memoria histórica que incluye partidas destinadas a financiar programas de recuperación de la memoria democrática, que incrementa la dotación para el teatro y artes escénicas y se ha aumentado el apoyo a la Academia de la Llingua y que mantiene al alza partidas destinadas a financiar las políticas de juventud o los programas de cooperación internacional para el desarrollo que, en este último caso, crecen respecto al año pasado a pesar del contexto de crisis económica y reducción de ingresos.

Señorías, no son los presupuestos que nosotros hubiéramos hecho, pero son los mejores presupuestos que hemos contribuido con otros grupos parlamentarios a hacer. Y por eso, señorías, son unos presupuestos que contienen renuncias porque, como les decía, es imposible abarcarlo todo y porque es así como se negocia y acuerda un presupuesto, concertando las prioridades y renunciando a lo que no es esencial en función de las circunstancias. Quien no está dispuesto a renunciar a nada es que no está dispuesto a hacer política o, lo que es lo mismo, no está dispuesto a cumplir el papel que constitucional y estatutariamente las diputadas y los diputados de esta Cámara tenemos encomendado por la ciudadanía.

Quiero referirme brevemente a las enmiendas que han presentado otros grupos parlamentarios y que, no habiendo sido incorporadas por la ponencia al dictamen, fueron reservadas para su debate y votación en este pleno.

Las enmiendas que presenta el Partido Popular no expresan un modelo presupuestario alternativo, que sería legítimo, sino una posición política de no querer negociar nada. Esa posición sinceramente a nuestro juicio es incompatible con las circunstancias que estamos viviendo, es impropia del Partido Popular de Asturias, y les puede hacer que se les confunda con lo que no son o no deberían ser y no es buena ni para ustedes ni para Asturias. Muchas de las enmiendas que presentan están desenfocadas porque no responden a las prioridades que esta situación exige, otras tratan de incrementar partidas que ya están suficientemente dotadas o incorporan incrementos que ya han sido acordados y otras sencillamente pretenden financiarse detrayendo recursos de donde no se pueden detraer. Votaremos por tanto en contra de todas ellas.

En relación con las enmiendas que presenta Podemos, estas responden a otra lógica, la lógica de no querer entender que el acuerdo implica siempre una negociación y renuncias. Para conseguir un objetivo mayor es necesario aplazar la consecución de otros objetivos menores. Ese ha sido siempre el ABC de las fuerzas de la izquierda, de las fuerzas políticas, de las fuerzas sindicales y de las fuerzas sociales y eso es lo que ha permitido grandes avances en la sociedad. Tenemos que pensar que no vamos despacio, al menos mientras la aritmética parlamentaria sea ésta, sino que vamos lejos. Vale más ir despacio y llegar lejos. Ya sé que ahora lo que está de moda son los tiempos cortos, a ritmo de tuit, la batalla del relato que, por cierto, no tiene nada que ver con la batalla por la hegemonía cultural de la que hablaba Gramsci. Los relatos son las narraciones, las historias. En definitiva, los cuentos de toda la vida. Y como decía León Felipe Yo sé muy pocas cosas, es verdad. Pero me han dormido con todos los cuentos...y sé todos los cuentos. Pero yo no quiero cuentos... No me contéis más cuentos. Y yo añadiría, ahora, lo que toca son las cuentas.

Cuando no se quiere renunciar a nada no se avanza, señorías y cuando se explicita aquello a lo que no se quiere renunciar corremos el riesgo de caer en la melancolía. Pero si, además, se dice que el presupuesto es bueno y que se va a votar a favor después de presentar un montón de enmiendas que van a ser rechazadas, entonces se está haciendo justo aquello que Tarradellas dijo nunca se puede hacer en política.

Y yo, cuando la derecha dedica halagos a una fuerza de la izquierda, lo primero que me viene a la cabeza es esa fábula atribuida a Esopo de la rana y el escorpión.

Hay quien atribuye esa frase que yo le decía, no vamos despacio, vamos lejos, es una frase revolucionaria, algunos la atribuyen a Zapata: lo importante es llegar al objetivo, eso es lo que los asturianos y asturianas esperan de nosotros como sus representantes”.

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